domingo, 4 de marzo de 2018

SE ABRIÓ PASO ENTRE ELLOS

Lc 4, 24-30
Habiendo llegado Jesús a Nazaret , le dijo al pueblo en la sinagoga:
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.

SEGUÍA SU CAMINO
Jesús, después de pasar por Nazaret y predicar en la sinagoga, siguió su camino. Quisieron despeñarlo y no le hicieron caso, pero Él siguió su camino.
Todos tenemos una misión y hay que hacerla vida de la mejor de las maneras posible. Debemos seguir nuestro camino, seguir caminando hacia la meta.
Y nuestra meta es Dios, es vivir en Cristo, ser en Él con nuestros hermanos y cumplir nuestra misión con ellos. Caminemos. 


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