lunes, 31 de diciembre de 2018

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

Lc 2, 16-21
En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacía Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto; conforme a lo que se les había dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

MARÍA
Es imposible pronunciar ese nombre y no pensar en Ella. Es imposible decir madre y no pensar en Ella. María, Madre de Dios, humilde y sencilla, cercana y trabajadora, viviendo una vida profundamente contemplativa en la actividad.
Hoy la recuerda especialmente la liturgia. Durante el año también la recordamos, pero hoy destacamos uno de los dogmas marianos, su maternidad divina. Madre de Dios. Tres palabras que resumen cinco letras: María.
Nadie podría haberlo hecho igual. Nadie podría haber respondido igual. Nadie como Ella para ser la Mediadora entre Jesús y nosotros. Nadie como Ella para sostener a Jesús entre sus brazos. Nadie como Ella. María.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.