Mt 13, 54-58
En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en su sinagoga.
La gente decía admirada. «De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?»
Y se escandalizaban a causa de él. Jesús les dijo: «Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta».
Y no hizo allí muchos milagros, por su falta de fe.
SE ESCANDALIZABAN
La historia se repite. Hace veinte siglos se escandalizaban de la predicación de Jesús y hasta hoy siempre ha habido personas que se escandalizaban con la predicación de los sacerdotes y santos.
El seguimiento de Jesús, tomado en serio hasta sus últimas consecuencias, no es fácil. Conlleva una vida puesta en sus manos sin vuelta atrás.
Y esto, puesto e práctica, puede que escandalice a muchos. Y si predicamos también con la palabra, doblemente escándalo. Pero seguimos al Maestro y con Él también lo hicieron.
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