miércoles, 11 de septiembre de 2019

BIENAVENTURADOS


Lc 6, 20-26

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía:
«Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.
Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
Pero, ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo!.
¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre!.
¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!
¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas».

BIENAVENTURADOS

Las bienaventuranzas son el meollo del evangelio, de nuestra vida cristiana, de nuestra entrega incondicional a la misión que Jesús nos encomendó.

Bienaventurados seremos cuando no entendamos nada de los que nos sucede, pero estemos contentos por amar.

Aunque, probablemente el mundo no entienda nuestra alegría, alegrémonos y pongamos nuestra vida en sus manos. Hagamos vida las bienaventuranzas.



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