martes, 5 de noviembre de 2019

DISPÉNSAME, POR FAVOR


Lc 14, 15-24


En aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús: «¡Bienaventurado el que coma en el reino de Dios!»

Jesús le contestó: «Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó a su criado a avisar a los convidados:
"Venid, que ya está preparado".
Pero todos a una empezaron a excusarse.
El primero le dijo:
"He comprado un campo y necesito ir a verlo. Dispénsame, por favor".
Otro dijo:
"He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor."
Otro dijo:
"Me acabo de casar y, por ello, no puedo ir."
El criado volvió a contárselo a su señor. Entonces el dueño de casa, indignado, dijo a su criado:
"Sal corriendo a las plazas y calles de la ciudad y tráete aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos".
El criado dijo:
"Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio".
Entonces el señor dijo al criado:
"Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se llene mi casa."
Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete».


DISPÉNSAME, POR FAVOR

La parábola que nos explica hoy Jesús es muy actual. Un hombre da un banquete y una vez preparado, todos se excusan.

Jesús nos ofrece en mejor de los banquetes, su Cuerpo y Sangre, y la inmensa mayoría dan excusas para no ir.

No seamos de los que se excusan. Vayamos con alegría a participar de la mayor de las fiestas y el mejor de los manjares: Dios mismo.



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