viernes, 1 de noviembre de 2019

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS


Mt 5, 1-12a


En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».

BIENAVENTURADOS

Hoy, Solemnidad de TODOS los santos las lecturas nos animan a mirar hacia un horizonte espléndido. Si otras personas lo consiguieron, yo, con ayuda de la Gracia, también podré ser parte de esa muchedumbre inmensa, como nos dice hoy el libro del Apocalipsis.

Vestido con vestiduras blancas, inocentes y de puro corazón, la generación que busca al Señor... esos piropos les dedica hoy la liturgia a los santos. Ellos ya lo han visto tal cual es, como nos dice san Pablo.

Y la mayor de las alabanzas que nos puede dedicar el Señor a los que todavía estamos en esta espera ea "bienaventurados". Alegraos y regocijaos, vuestra recompensa será la mejor.



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