domingo, 9 de agosto de 2020

LO QUE MANCHA

 Mt 15, 1-2. 10-14

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y escribas de Jerusalén y le preguntaron:
«¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de nuestros mayores y no se lavan las manos antes de comer?».
Y, llamando a la gente, les dijo:
«Escuchad y entended: no mancha al hombre lo que entra por la boca, sino lo que sale de la boca, eso es lo que mancha al hombre».
Se acercaron los discípulos y le dijeron:
«¿Sabes que los fariseos se han escandalizado al oírte?».
Respondió él:
«La planta que no haya plantado mi Padre celestial, será arrancada de raíz. Dejadlos, son ciegos guías de ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo».

LO QUE MANCHA

A Jesús, como no podía ser de otra manera, no le importa lo que mancha lo exterior, sino lo que mancha nuestro interior.

No debemos dejar en el olvido limpiar y limpiarnos por dentro, limpiar el alma y el corazón.

No nos dejemos manchar por el mal. Seamos siempre personas de corazón blanco.

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