viernes, 28 de agosto de 2020

SANTA MÓNICA

 Mt 24, 42-51

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
¿Quién es el criado fiel y prudente, a quien el señor encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas?
Bienaventurado ese criado, si el señor, al llegar, lo encuentra portándose así. En verdad os digo que le confiará la administración de todos sus bienes.
Pero si dijere aquel mal siervo para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo castigará con rigor y le hará compartir la suerte de los hipócritas.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes».

EN VELA

Estar en vela. Así está Dios con nosotros, pendiente de nosotros, de nuestras circunstancias y nuestros caminos.

En vela, como una madre amorosa, valiente y segura, como lo fue santa Mónica. En vela, como un padre amoroso y fiel Así Dios con nosotros.

En vela. Así debemos también nosotros estar pendientes de las necesidades y preocupaciones de nuestros prójimos. Estad en vela.


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