martes, 10 de agosto de 2021

SERÁ ENTREGADO

 Mt 17, 22-27

En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos Galilea, les dijo:
«El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día».
Ellos se pusieron muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron:
«¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?»
Contestó:
«Si».
Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle:
«¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?».
Contestó:
«A los extraños».
Jesús le dijo:
«Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al mar, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti».

SERÁ ENTREGADO

Cuando Jesús dijo esto a los apóstoles se pusieron muy tristes. Normal, por otra parte.

Si a cualquiera nos dijeran que algo malo le va a pasar a alguien que queremos, también nos pondríamos tristes.

Pero la muerte de Jesús, su Cruz, fue motivo de alegría y resurrección. Nos nos pongamos tristes: la cruz trae la luz.

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