viernes, 5 de noviembre de 2021

MUCHA GENTE ACOMPAÑABA A JESÚS

 Lc 14, 25-33

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:
«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.
Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?
No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo:
"Este hombre empezó a construir y no pudo acabar”.
¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo ataca con veinte mil?
Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.
Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».


MUCHA GENTE ACOMPAÑABA A JESÚS

En los tiempos de Jesús lo acompañaba mucha gente. Sabían, intuían que era algo más, que Él sabía más y podía más. 

Sencillamente, sabían que era el Mesías tan esperado por el pueblo de Israel. Por eso iban con Él adondequiera que iba.

Nosotros también debemos seguirle. Acompañándole, son sus discípulos y apóstoles, siéndolo nosotros también. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.