lunes, 1 de noviembre de 2021

VENÍAN A OÍRLO

 Lc 6, 12-19

En aquellos días, tiempo, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Después de bajar con ellos, se paró en una llanura, con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

VENÍAN A OÍRLO

En tiempos de Jesús sus discípulos y todo aquel que se enteraba de que pasaba por allí, iban a oírle.

¿No estarían cansados de palabras y palabras? Y aun así iban a oírle. Porque sus palabras eran palabra de vida.

Hoy estamos también saturados de palabras, muchas de ellas vacías. Acudamos a oír a Jesús y actuemos en consecuencia.

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