lunes, 8 de agosto de 2016

LAS DOS DRACMAS

Mt 17, 22-27

En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos Galilea, les dijo: «Al Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día».
Ellos se pusieron muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: «¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?».
Contestó: «Sí».
Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?».
Contestó: «A los extraños».
Jesús le dijo: «Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al mar, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti».


LO MATARÁN, PERO RESUCITARÁ

Jesús, a veces, utiliza una curiosa forma de hablar de sí mismo en tercera persona cuando se llama el Hijo del hombre. En el evangelio de hoy anuncia que lo matarán, pero que resucitará al tercer día.

Los apóstoles no se lo esperaban, porque su idea de un Mesías guerrero seguía predominando, como en todos sus contemporáneos, y se pusieron tristes. Normal, por otra parte: Jesús les acababa de decir que iba a morir violentamente.

Pero no debemos quedarnos ahí. Jesús, inmediatamente les dijo que resucitaría al tercer día. Nunca debemos quedarnos únicamente en su Muerte; la Resurrección es la Vida con mayúsculas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.