miércoles, 24 de agosto de 2016

VEN Y VERÁS

Jn 1, 45-51

En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret».
Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?».
Felipe le contestó: «Ven y verás».
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?».
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has ver cosas mayores».
Y le añadió: «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».


¿DE NAZARET PUEDE SALIR ALGO BUENO?

En la fiesta de san Bartolomé, apóstol, el evangelio nos da una nueva lección. Los contemporáneos de Jesús no creían que de una aldea pequeña y perdida de Galilea pudiera proceder el Mesías.

Veían por apariencias, pero así, afortunadamente, no ve Dios. Muchas veces nos preguntamos si de nosotros, de nuestro corazón puede salir algo bueno. Y, sí, claro que puede. Estamos hechos a imagen de Dios y de Él no puede salir nada malo.

Nos nos fijemos en las apariencias, fijémonos en el interior de las personas. Decía san Agustín que "en el hombre interior habita la verdad". Y ahí, en nuestro interior, dejemos que entre Dios para llenarnos de Él y darlo luego, a todos sin excepción, sin fijarnos en las apariencias. 





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