sábado, 20 de agosto de 2016

NO HAGÁIS LO QUE ELLOS HACEN

Mt 23, 1-12

En aquel tiempo, habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: « En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen.
Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame "rabbí".
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar "rabbí", porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».


TODOS VOSOTROS SOIS HERMANOS


Jesús lo dice muy claro en el evangelio de hoy: uno solo es vuestro Padre y todos vosotros sois hermanos. ¿Cuántas cosas tienen que pasar o qué tiene que ocurrir para que nos demos cuenta definitivamente de ello?

Un Padre y todos hermanos. Trataos como hermanos y el primero entre vosotros que sea vuestro servidor. El servicio es el primer mandamiento. Nos lo decía ayer el evangelio. Amar es servir.

Servir no es rebajarse, ni ser esclavo. Al contrario, somos servidores del Amor. Amando hasta el extremo, como el Maestro, que también lo es en el servicio. Servidores de nuestros hermanos, así nos quiere Dios. 



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