jueves, 27 de octubre de 2016

HERODES, EL ZORRO

Lc 13, 31-35

En aquel día, se acercaron unos fariseos a decir a Jesús: «Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte». Jesús les dijo: «ld y decid a ese zorro: "Mira, yo arrojo demonios y realizo curaciones hoy y mañana, y al tercer día quedará consumada.
Pero es necesario que camine hoy y mañana y pasado, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén”.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían!
¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no habéis querido.
Mirad, vuestra casa va a ser abandonada.
Os digo que no me veréis hasta el día en que digáis: "¡Bendito el que viene en nombre del Señor!"»



¡BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR!


Siempre en bienvenido aquel que llega a nuestra casa y más si viene en son de paz, trayendo paz, pacíficos y pacificadores. Una bendición.

Hoy el evangelio nos dice que llegará un día en que la frase que hemos destacado en este pequeño comentario se la diremos a Cristo. Porque Él vino en nombre sel Señor. No vino en su nombre, sino para mostrarnos al Padre.

Tuvo una misión que realizó a la perfección, Y ésta fue revelarnos el amor infinito y misericordioso que nos tiene el Padre. Por eso Cristo siempre será bendito. Digámosle hoy ese piropo: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!



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