martes, 4 de octubre de 2016

MARTA LO RECIBIÓ EN SU CASA

Lc 10, 38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose. dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».
Respondiendo, le dijo el Señor: «Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; sólo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».



SÓLO UNA COSA ES NECESARIA


En el día en que la Iglesia celebra la memoria de san Francisco de Asís la liturgia nos ofrece el evangelio de Marta y María. Jesús fue a casa de sus amigos a descansar y nos dejó una escena que se ha puesto de ejemplo muchas veces.

Una hermana servía y otra hermana estaba pendiente de escuchar la palabra de Jesús. Las dos hermanas forman una unidad: el servicio y la oración. 

Si Jesús nos dijera que "sólo una cosa es necesaria", ¿qué cosa pensaríamos que es esa, la más necesaria? Piénsalo. ¿Qué es lo más necesario para ti? 





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