jueves, 2 de marzo de 2017

JUEVES DESPUÉS DE CENIZA

Lucas 9,22-25

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
 «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día»
Entonces decía a todos: 
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?»


TIENE QUE PADECER MUCHO


Nada más empezar el camino de la Cuaresma el evangelio de hoy ya nos deja bastantes cosas claras. Una de ellas es que Jesús sabía que iba a padecer mucho. 

Y aun así no se echó atrás, al contrario, emprendía con más ganas su camino. Nosotros también tendremos en nuestra vida sufrimientos y malos ratos, pero teniendo el ejemplo de Jesús, no debemos desfallecer.

Tenemos que tomar nuestra cruz, perder la vida por el Reino; así ganaremos la vida, así la salvaremos, negándonos a nosotros mismos en el seguimiento a Jesús. 



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