lunes, 3 de junio de 2019

TÚ ME LOS DISTE


Jn 17, 1-1 la

En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, dijo Jesús: «Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a todos los que le has dado. Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo.

Yo te he glorificado sobre la tierra, he llevado a cabo la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía junto a ti antes que el mundo existiese.

He manifestado tu nombre a los que me diste de en medio del mundo. Tuyos eran, y tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que me diste procede de ti, porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las han recibido, y han conocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado.

Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por estos que tú me diste, porque son tuyos. Y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido glorificado. Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti».


QUE TE CONOZCAN A TI

Jesús vino con una misión muy concreta. Hacer que conocieran al verdadero Dios, ese Padre con mayúsculas que Él conocía tan bien y quiso darnos a conocer.

A nosotros nos toca conocer su mensaje, interiorizarlo y vivirlo. Y eso es una tarea individual y para toda la vida. 

Conocer a Dios totalmente no podremos nunca aquí, pero intentar conocerlo, intentar ser en Él, vivir en Él es nuestra misión en esta vida.



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