domingo, 20 de marzo de 2022

III DOMINGO DE CUARESMA

 Lc 13, 1-9

En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.
Jesús respondió:
« ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».
Y les dijo esta parábola:
«Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.
Dijo entonces al viñador:
"Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?".
Pero el viñador contestó:
"Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar"».

CONVERSIÓN

"Si no os convertís, pereceréis lo mismo". Frase de Jesús que invita a la conversión, a cambiar y volvernos hacia el Señor, a volver también nuestro corazón hacia el Corazón de Dios. Solo allí viviremos.

La Cuaresma es un tiempo propicio de conversión, un tiempo propicio de confesar nuestros pecados y recomenzar una vida más cercana a lo que Dios quiere. Seguidores de Cristo sin excusas.

Volvamos al inicio, a la misión que Cristo nos encomendó, ser su imagen, ser Uno con el Dios Trinidad y así poder llevar razón de nuestra fe a todo aquel que nos lo pida.

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