viernes, 4 de marzo de 2022

SE LE FUE REUNIENDO GENTE POR EL CAMINO

 Mc 10, 1-12

En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordanía; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según su costumbre les enseñaba.
Acercándose unos fariseos, le preguntaron para ponerlo a prueba:
«¿Le es licito al hombre repudiar a su mujer?»
Él les replicó:
«¿Qué os ha mandado Moisés?»
Contestaron:
«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».
Jesús les dijo:
«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne.
De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».

SE LE FUE REUNIENDO GENTE POR EL CAMINO

A  Jesús se le unía gente por los caminos. Su poder de atracción, su poder de palabra era tanto que la gente se le unía.

Le seguían después a todos los lugares. Seguir a Jesús a donde quiera que vaya debería ser también para nosotros un propósito.

Seguirle a Él para lograr ser como Él.


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