martes, 2 de agosto de 2022

SOLEMNIDAD DE SANTIAGO, APÓSTOL

 Mt 20, 20-28

En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó:
¿«Qué deseas?»
Ella contestó:
«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
Pero Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?»
Contestaron:
«Podemos».
Él les dijo:
«Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo:
«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.
Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».

VUESTRO SERVIDOR

"El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor", nos dice hoy el Señor. Servir, ser servidor de alguien se considera ser menos que aquel a quien sirves.

Menos para Jesús. Para Él servir es ser grande. Él nos enseñó que servir es reinar y al Reino de los cielos se llega por el servicio desinteresado.

Seamos servidores del prójimo, siendo grandes en el servicio y en el amor. Seamos apóstoles del servicio.


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