jueves, 14 de abril de 2016

QUIEN CREE TIENE VIDA ETERNA

Jn 6, 44-51

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios."Todo el que escucha al Padre y aprende viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».


EL PAN QUE YO VOY A DAR ES MI CARNE ENTREGADA


El evangelio en esta semana nos está mostrando el discurso que hizo Jesús sobre el Pan de vida. Hoy la liturgia nos ofrece una frase de Jesús que chocó en las mentes de los que le escuchaban: "El Pan que yo voy a dar es mi carne entregada".

"¿Cómo puede este darnos a comer su carne?"  Su carne entregada hacía referencia a la Cruz y a la Eucaristía. Su carne y su sangre son la prueba de su amor hecho pan partido.

Jesús es el Pan y nos da el Pan. Se parte y se reparte, se entrega a Sí mismo para y por nosotros. Se nos da en Amor para que tengamos vida eterna. 



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