sábado, 26 de noviembre de 2016

I DOMINGO DE ADVIENTO

 Mt 24, 37-44

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre:
Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejarla abrir un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»


Y CUANDO MENOS LO ESPERABAN

Los contemporáneos de Jesús llevaban siglos esperando al Mesías. Anunciado por profetas, su venida había sido predecida y, cuando menos lo esperaban, apareció de la manera que menos esperaban.

Nosotros, en este Adviento que comienza hoy, queremos prepararnos a esta nueva venida que nos espera, para recibir a Jesús con alegría, despiertos, siendo luz y sal para el mundo.

El Señor se acerca, el Señor viene todos los días y cuando menos lo esperamos se hace presente de muchas maneras. Estemos preparados para su venida de esta Navidad y sus muchas "venidas" cotidianas. 



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