jueves, 27 de julio de 2017

LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR

Mt 13, 18-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros, pues oíd lo que significa la parábola del sembrador:
Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que escucha la palabra y la acepta enseguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumbe.
Lo sembrado entre abrojos significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ese da fruto y produce ciento o sesenta o treinta por uno».


CIENTO, SESENTA O TREINTA
En la extraordinaria pedagogía de Jesús tenemos un ejemplo para nuestras vidas. Y en el evangelio de hoy nos vuelve a demostrar esa Pedagogía divina.
Nos habla de que los que dan fruto algunos producen ciento, otros sesenta y otros treinta. No exige que todos demos el ciento, pero todos podemos dar fruto de una manera o de otra.
Las matemáticas de Dios son así. Inexactas, como multiplicar panes y peces para cinco mil o el perdón setenta veces siete. Seamos fieles a esa pedagogía y a esas matemáticas inexactas de Dios. 



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