miércoles, 19 de julio de 2017

SEÑOR DE CIELO Y TIERRA

 Mt 11, 25-27
En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Si, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».

LOS SABIOS Y ENTENDIDOS
Hoy el evangelio nos habla de humildad, la humildad de los pequeños, que la tienen no por ser pequeños, sino por ser hijos confiados.
Los sabios y entendidos, los soberbios, los que creen saberlo todo y no confían en la Providencia, los que piensan que los demás deben estar a sus pies, a esos nos dice Cristo que el Padre les esconde las cosas pequeñas.
A los pequeños, a los humildes, a los pobres de Yahveh, a los que confían y se saben necesitados de Dios, a esos Dios les revela sus secretos. ¿Cómo somos nosotros, soberbios o humildes, sabios y entendidos o pequeños de Yahveh?


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