domingo, 9 de julio de 2017

XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Mt 11, 25-30
En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me lo ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

VENID A MÍ

Tres palabras preciosas que Jesús nos dice continuamente. Tres palabras que muestran el amor infinito con que Dios nos ama. Venid a Mí...
Y ya que nos lo pide, vayamos a Él, confiados, sabiendo que llegando a Él todo tiene sentido, todo cambia estando en Él y viviendo por Él.
Venid a Mí y descansaréis, nos dice. Porque no hay mayor descanso que saberse en Él, en la humildad de un Dios hecho hombre, manso y humilde, que nos ofrece habitar en su Corazón. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.