martes, 5 de junio de 2018

ESTÁIS MUY EQUIVOCADOS

Mc 12, 18-27
En aquel tiempo, se acercan a Jesús unos saduceos, los cuales dicen que no hay resurrección, y le preguntan: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: "Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero no hijos, que se case con la viuda y dé descendencia a su hermano."
Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer.
Cuando llegue la resurrección y resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella».
Jesús les respondió: «¿No entendéis la Escritura ni el poder de Dios? Pues cuando resuciten, ni los hombres se casarán ni las mujeres serán dadas en matrimonio, serán como ángeles del cielo.
Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: "Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob"? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados».

NO ES DIOS DE MUERTOS, SINO DE VIVOS
Dios no está muerto, como se ha dicho muchas veces. Dios está vivo y muy vivo porque vive en cada uno de nosotros por siempre.
Está en ti, en mí, en todos. Por eso deberíamos tener una impresión diferente cuando vemos a nuestros hermanos, pues en ellos deberíamos ver a Dios.
Está vivo, presente en cada situación, en cada momento, en cada abrazo, en cada obra de compasión y misericordia. Hagámoslo presente cada día.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.