jueves, 7 de junio de 2018

SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Jn 19, 31-37
Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran.
Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.
El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis.
Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que traspasaron».

LE TRASPASÓ EL COSTADO
Hoy celebramos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Una fiesta en la que recordamos la belleza que encierra el más grande de los corazones.
Y ese Corazón se nos ha regalado para vivir en él, habitar en esa morada suprema de Amor y Compasión. 
Seamos huéspedes habituales del Corazón de Jesús. Allí, donde hay tanto Amor que se diría el mismo cielo. 




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