miércoles, 14 de junio de 2017

LA OFRENDA ANTE EL ALTAR

Mateo 5, 20-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena de la “gehenna” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

PERO YO OS DIGO
Jesús tuvo que enfrentarse dialécticamente a los escribas y fariseos que estaban al acecho por si le pillaban en algún fallo.
En esas ocasiones aprovechaba Jesús para predicar el Reino. Y no en contra de lo que ya estaba escrito en el Antiguo Testamento, sino complementándolo.
"Pero Yo os digo", era su frase. Su autoridad estaba por encima de la ley. Y afinaba más, puesto que nos dejó claro que la caridad está por encima de la ley.





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