viernes, 17 de agosto de 2018

EL QUE PUEDA ENTENDER, ENTIENDA

Mt 19, 3-12
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?».
El les respondió: «¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
Ellos insistieron: « ¿Y por qué mandó Moisés darle acta de divorcio y repudiarla? ».
Él les contestó: «Por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Pero yo os digo que, si uno repudia a su mujer - no hablo de unión ilegítima - y se casa con otra, comete adulterio».
Los discípulos le replicaron: «Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse».
Pero él les dijo: «No todos entienden esto, solo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos ellos mismos por el reino de los cielos. El que pueda entender, entienda».

NO TODOS ENTIENDEN ESTO
Hoy Jesús, nos da una catequesis sobre el matrimonio y la castidad. En esta época en la que el matrimonio no está de moda y mucho menos la castidad, las palabras de Jesús siguen teniendo vigor.
Los que se comprometen en matrimonio tienen la misión de hacer ver la unión de Cristo y la Iglesia. Y los que se comprometen en la castidad ofrecen al mundo otra visión del amor entregado por los demás.
No todos entienden esto, como nos dice hoy el evangelio. Por eso hay que dar testimonio en la opción que cada cual haya decidido en su vida: la riqueza del matrimonio y la riqueza de la castidad consagrada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.