miércoles, 4 de enero de 2017

SÍGUEME


Jn 1,43-51

En aquel tiempo, determinó Jesús salir para Galilea; encuentra a Felipe y le dice: «Sígueme.» 
Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.»
Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?» 
Felipe le contestó: «Ven y verás.»
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» 
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?» 
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» 
Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» 
Y le añadió: «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»


VEN Y VERÁS

Muchas veces, cuando explicamos algo a otras personas, para certificar que es verdad, les decimos: "Yo lo vi" o "Yo estuve allí". Vimos y vivimos algo intenso y así lo queremos comunicar a los demás.

Cuando Felipe le cuenta a Natanael que ha encontrado al Mesías y éste no se lo cree, Felipe no se enfada, no insiste desmesuradamente, sino que, con naturalidad le dice: "Ven y verás". 

Ven y verás es la expresión más auténtica de la generosidad: "lo mejor que yo tengo y vivo, vívelo y tenlo tú también. Soy feliz, y quiero que tú también lo seas". Digámosle a todos los que no creen en Cristo: "Ven y verás". 



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