domingo, 1 de enero de 2017

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

 Lc 2, 16-21
En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacía Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

MARÍA

El año empieza, curiosamente, recordando a María como Madre de Dios. No es casualidad. Todo empieza en ella, con su SÍ sin condiciones, con su entrega como Madre del Mesías.
Año nuevo, vida nueva. Más bien deberíamos decir "Año nuevo, corazón nuevo" porque la vida no nos cambiará si no cambiamos el corazón, que es lo que mueve la vida.
En este año que comienza hoy hagamos lo posible, y lo imposible, por cambiar todo aquello que sabemos no es correcto en nosotros. Año nuevo, corazón nuevo, de la mano de María. 


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