domingo, 15 de octubre de 2017

EL SIGNO DE JONÁS

Lc 11, 29-32
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».

LA GENTE SE APIÑABA
En tiempos de Jesús la gente se apiñaba para verle. Era tal la curiosidad y el entusiasmo que generaba que era imposible pasar desapercibido.
Hoy en día no podemos decir lo mismo. La gente no se apiña para ir a recibir la Eucaristía, ni para entrar en las iglesias a orar, ni para conocer a Jesús.
Debemos devolver a este mundo y a esta sociedad la pasión del conocimiento de Cristo, del trato con Dios en la oración, de conocer cada día más al Amor de los amores. 


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