domingo, 27 de mayo de 2018

HEREDAR LA VIDA ETERNA

Mc 10, 17-27
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».
Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño».
Jesús se le quedó mirándolo, lo amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste, porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡ Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!».
Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».
Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?».
Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».

UNA COSA TE FALTA
En el evangelio de hoy Jesús le dice al joven rico que le falta una cosa para heredar la vida eterna: desprenderse de sus riquezas. Y le pareció tan difícil o tan duro que se dio la vuelta y se marchó.
¿Qué nos falta a nosotros para heredar la vida eterna, qué nos diría Jesús a nosotros si le hubiéramos hecho la misma pregunta que aquel joven?
Probablemente cada uno sepamos qué es. Pues hagámoslo y, como siguió diciendo Jesús al joven rico, "luego, ven y sígueme".




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.