viernes, 11 de mayo de 2018

PEDID, Y RECIBIRÉIS

 Jn 16, 23b-28
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará.
Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre claramente.
Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios.
Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre».

PARA QUE VUESTRA ALEGRÍA SEA COMPLETA
Una de las cosas que quizá echamos de menos en nuestra realidad cotidiana es la alegría. Vemos a gente seria, ensimismada, que no sonríe.
Los cristianos somos los que más razones tenemos para estar alegres. Si lo pensamos, no podemos tener un momento de tristeza.
Conocer a Jesús, saber de Él, haber conocido su Palabra, formar parte de la Iglesia, poder participar de los sacramentos, poner nuestra vida al servicio de los demás... y tantas maravillas como tenemos a diario. No podemos estar tristes.


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