lunes, 21 de mayo de 2018

IBA INSTRUYENDO A SUS DISCÍPULOS

Mc 9, 30-37
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará».
Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?».
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como este en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».

SI QUIERES SER EL PRIMERO
Por el camino los discípulos discutían sobre quién era el primero y la respuesta de Jesús no pudo ser más contundente. ¿Quieres ser el primero? Se el último de todos y el servidor de todos.
No hay otro camino, no hay otra manera. El servicio a todos y ser último entre los últimos te hace ser el primero en la clasificación divina.
Busquemos cómo ser los primeros en ese ranking, el único que debe importarnos en la vida, puesto que así llegaremos al Corazón de Dios.



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