domingo, 6 de mayo de 2018

VI DOMINGO DE PASCUA

Jn 15, 9-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros».

YO
En este VI domingo de Pascua, acercándonos ya a Pentecostés, la liturgia nos regala el precioso e inigualable discurso de Jesús en la Última Cena.
Y la palabra que más se repite es YO. Tendremos muchos maestros, pero la autoridad la tiene Jesús y su Palabra y sus obras han perdurado en el tiempo.
Ese YO denota una fuerza que nadie tendrá jamás, una energía que nadie ha tenido. Él es Dios y lo que quiere, lo hace. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.