jueves, 12 de julio de 2018

OVEJAS Y LOBOS

Mt 10, 16-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Mirad que yo os envío como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas.
Pero ¡cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles.
Cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
El hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán.
Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, se salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra.
En verdad os digo que no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre».

HASTA EL FINAL
Hoy lo eventual está de moda, la prisa, la velocidad, cansarse rápidamente de todo porque todo nos hastía y nada nos llena en plenitud.
Y Jesús en el evangelio nos dice que la perseverancia es decisiva en nuestra salvación. Perseverar no es una virtud actual.
Hasta el final, hasta el extremo, hasta que todo acabe, hasta que el Reino se dé definitivamente. Así, de esa manera debemos perseverar en la fe. 

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