jueves, 26 de julio de 2018

PARÁBOLAS

Mt 13, 10-17
En aquel tiempo, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Por qué les hablas en parábolas?»
Él les contestó: «A vosotros se os han dado a conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumple en ellos la profecía de Isaías:
"Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure".
Pero bienaventurados vuestros ojos porque ven, y vuestros oídos, porque oyen.
En verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron».

HAN CERRADO LOS OJOS
Quizá eso es lo que está pasando en nuestra sociedad, que estamos cerrando los ojos a muchas cosas a las que tenemos que estar atentos.
Y puede que no sea lo peor. Lo peor es si cerramos no solo los ojos, sino también el corazón a personas y situaciones que precisan de nosotros y de nuestro corazón.
Abramos los ojos y el corazón. Cristo nos espera muchas veces en cada momento de nuestro día para hacer realidad el Reino. 


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