domingo, 8 de julio de 2018

TU FE TE HA SALVADO

 Mt 9, 18-26
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un jefe de los judíos que se arrodilló ante él y le dijo: «Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, impón tu mano sobre ella y vivirá».
Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
Entre tanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orla del manto, pensando que con solo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla, le dijo: «¡Ánimo, hija! Tu fe te ha salvado».
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa de aquel jefe y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: «¡Retiraos! La niña no está muerta, está dormida».
Se reían de él.
Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se levantó.
La noticia se divulgó por toda aquella comarca.

SE REÍAN DE ÉL 
Los contemporáneos de Jesús no se creían que hiciera milagros y se reían de lo que hacía y de lo que decía. Es la actitud más fácil: reirse cuando no llegamos a entender a los demás.
Si somos coherentes con nuestra fe, si creemos firmemente en Jesús, si hacemos vida el evangelio también se reirán de nosotros.
Y, como a Jesús, nos tiene que dar un poco igual porque nosotros sabemos de quién nos hemos fiado y daremos siempre razón de nuestra fe a todo aquel que nos la pida. 


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