domingo, 15 de julio de 2018

XV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Mc 6, 7-13
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos».
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

PREDICAR LA CONVERSIÓN
Si debemos tener como modelo y ejemplo a Cristo y seguir sus enseñanzas, hoy nos exhorta a predicar, aunque hoy predicar es un verbo con mala fama.
Jesús, Juan Bautista, todos los apóstoles después de Pentecostés y tantos y tantas que han seguido a Cristo han predicado de palabra y obra que Cristo es el Salvador y que nos ama hasta el extremo, como solo Él sabe.
Nosotros somos discípulos también. Prediquemos la conversión a Cristo y al evangelio y así el Reino llegará a todos.

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