sábado, 15 de septiembre de 2018

NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

Jn 19, 25-27
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que tanto amaba, dijo a su madre:
«Mujer, ahí tienes a tu hijo»
Luego, dijo al discípulo:
«Ahí tienes a tu madre».
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.

LA RECIBIÓ COMO ALGO PROPIO
A los pies de la Cruz, en los últimos momentos de Jesús entre nosotros y sufriendo, nos entregó a su Madre. Dice el evangelio que Juan la recibió como algo propio.
Y creo que eso es lo que ha hecho la cristiandad desde el principio con María. La recibimos como algo propio, nuestro, haciendo nuestros sus sufrimientos, alegrías y dolores.
Hoy la recordamos sufriente y paciente, de pie, bajo la Cruz y viendo cómo moría su Hijo. Acompañémosla en su dolor y en su amor único a Jesús.


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