miércoles, 5 de septiembre de 2018

PESCADOR DE HOMBRES

Lc 5, 1-11
En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la Palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores habían desembarcado, estaban lavando las redes.
Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».
Respondió Simón y dijo: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».
Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo: «Señor, apártate de mi, que soy un hombre pecador».
Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres».
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

ESTABAN LAVANDO LAS REDES
Jesús llamó a sus apóstoles mientras estaban en su quehacer diario. De hecho hoy el evangelio nos dice que "estaban lavando las redes", puesto que eran pescadores.
Dios nos llama a seguirle en nuestro quehacer ordinario y diario, en el día a día de nuestra vida. No esperemos revelaciones espectaculares; no es el estilo de Jesús.
Y está en nuestro minuto a minuto. Busquémosle y le encontraremos en los detalles mínimos de nuestra vida. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.