domingo, 28 de octubre de 2018

QUEDAS LIBRE DE TU ENFERMEDAD

Lc 13, 10-17
Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga.
Había una mujer que desde hacia dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar. de ningún modo.
Al verla, Jesús la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad».
Le impuso las manos, y en seguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios.
Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, se puso a decir a la gente: «Hay seis días tenéis para trabajar; venid, pues, a que os curen en esos días, y no en sábado».
Pero el Señor le respondió y dijo: «Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre, y lo lleva a abrevar?
Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?»
A decir estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía.

TODA LA GENTE SE ALEGRABA
Toda la gente se alegraba por las maravillas que hacía Jesús. Y es que, cuando se le conoce, cuando se oye hablar de sus maravillas no nos queda más que alegrarnos.
La alegría es un fruto del Espíritu Santo y debe ser la actitud de todo cristiano al sabernos salvados por amor y con el mayor amor del mundo: dar la vida por nosotros.
La alegría que se vive de una forma u otra sale a la luz. Por ello, si somos cristianos coherentes, no podemos dejar de proclamar al  mundo con alegría que Jesús es el Salvador. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.