martes, 1 de diciembre de 2015

Y VOLVIÉNDOSE A SUS DISCÍPULOS LES DIJO…

Lucas 10, 21-24
En aquel tiempo, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó Jesús:
- «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar.»
Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
- «¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.»


Y VOLVIÉNDOSE A SUS DISCÍPULOS LES DIJO…

En éste pasaje del Evangelio, Jesús aparece lleno del Espíritu Santo, da gracias al Padre porque la Revelación está siendo acogida y recibida por los pequeños y sencillos, mientras los “entendidos de todo”, parecen no enterarse. Aquellos que lo reciben son, quienes a ojos de otros, no están cualificados.
Jesús es mediador de la Revelación y entre el Padre y Él existe una relación íntima de conocimiento y comunión.
Sólo podemos conocer al Padre acercándonos a Jesús.
Abrir el corazón al Reino de Cristo, a su vida, y hacerlas el centro de nuestra vida, significa SEGUIRLE.
Tenemos la suerte de haber conocido a Jesús, su amor, verdadero Rostro de Dios Padre. Desde este momento con Él, nuestra vida cobra sentido y un nuevo horizonte se abre.
En este tiempo de Adviento, Jesús viene, abramos la puerta a su Palabra para que interpele nuestra vida, y nos interpele como seguidores colaborando en los valores del Reino, para que éste se haga cada vez más presente en nuestro mundo.


http://comunidadagustinianaunum.blogspot.com.es/








No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.