lunes, 7 de diciembre de 2015

GLORIFICANDO A DIOS

Lc 5, 17-26

Un día que estaba enseñando, había sentados algunos fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos de Galilea y Judea, y de Jerusalén. El poder del Señor le hacía obrar curaciones. En esto, unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico y trataban de introducirle, para ponerle delante de él. Pero no encontrando por dónde meterle, a causa de la multitud, subieron al terrado, le bajaron con la camilla a través de la tejas, y le pusieron en medio, delante de Jesús. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: "Hombre, tus pecados te quedan perdonados."
Los escribas y fariseos empezaron a pensar: "¿Quién es este, que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?" Conociendo Jesús sus pensamientos,les dijo: "¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil decir: 'Tus pecados te quedan perdonados' o decir: 'Levántate y anda'? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados,-dijo al paralítico-: 'A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa'." Y al instante, levantándose delante de ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa, glorificando a Dios.
El asombro se apoderó de todos, y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían: "Hoy hemos visto cosas increíbles."

A TI TE DIGO, LEVÁNTATE

Muchas veces nos damos cuenta de que nuestra vida es monotonía en tonos grises. Todo nos resulta rutinario y pesado, tan pesado que nos impide movernos. La monotonía y la desgana nos convierten en paralíticos del alma y esto nos impide e imposibilita crecer "anímicamente", espiritualmente.Y san Pablo nos despierta de esa monotonía: "¿No sabéis que el Espíritu de Dios habita en vosotros?"

 El Espíritu transforma nuestro corazón de piedra en un corazón de carne. Porque es en nuestro propio interior donde se juega lo fundamental de la vida. Dentro de nosotros mismos acogemos o no acogemos la luz del Evangelio, servimos o no servimos a Dios.

"A ti te digo, levántate." Deja de tener tu alma paralizada, levántate. Deja que el Espíritu habite en ti y te levantarás. 


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