domingo, 10 de septiembre de 2017

XXXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Mt 18, 15-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si tu hermano peca, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano.
En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos.
Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».


DONDE DOS O TRES


En este domingo de septiembre la liturgia nos ofrece una enseñanza sobre el perdón y la corrección fraterna. Debemos ser humildes y aceptar las recomendaciones de los hermanos.

Porque saber y reconocer que nos equivocamos es parte de nuestro ser humano. Lo importante es rectificar y volver a levantarnos, siempre con la ayuda de Dios. 

Él nos conoce a fondo, profundamente, y sabe nuestros defectos. Aun así nos ama como nadie nos ama y nos espera siempre para darnos un abrazo de perdón.



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