martes, 16 de enero de 2018

LO ESTABAN OBSERVANDO

Mc 3, 1-6
En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Lo estaban observando, para ver si lo curaba en sábado y acusarlo.
Entonces le dice al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y ponte ahí en medio.»
Y a ellos les preguntó: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?»
Ellos callaban. Echando en torno una mirada de ira y dolido por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano». La extendió y su mano quedó restablecida.
En cuanto salieron, los fariseos se confabularon con los herodianos para acabar con él.

LEVÁNTATE
Jesús, al hombre de la mano paralizada, le dijo "Levántate" y ponte en medio. Y allí lo curó, en medio de todos aquellos que estaban esperando un fallo suyo para acusarle.
Nosotros también debemos levantarnos y dejar atrás todo aquello que nos estorba en el seguimiento de Jesús. Levantarnos externamente y también en nuestro interior.
Nuestro corazón debe levantarse hacia Dios, nuestra vida debe levantarse hacia Dios. Solo así, con humildad, podremos llegar a su Corazón. ¡Levántate!


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