lunes, 1 de enero de 2018

SOLEMNIDAD DE MARÍA, MADRE DE DIOS

 Lc 2, 16-21
En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacía Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto; conforme a lo que se les había dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

MARÍA
Comenzamos el año y la liturgia nos sorprende con una Solemnidad, fiesta grande y destacada. Y dedicada, la primera del año, a María, la Madre de Dios.
Madre de Jesús y Madre de todos los que nos cobijamos bajo su manto de Misericordia para que nos auxilie, nos ampare, nos socorra, nos consuele.
Recordemos hoy a todas las madres que, como Ella, cuidan amorosamente de sus hijos. A su sombra nosotros no sentimos seguros de que siempre nos cuidará como Madre que es nuestra. 


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