miércoles, 10 de enero de 2018

QUEDA LIMPIO

Mc 1,40-45
En aquel tiempo, se acerca a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme.»
Compadecido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio.»
La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Pero, cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a el de todas partes.

PARA QUE LES SIRVA DE TESTIMONIO
Una persona da testimonio cuando ha vivido el hecho que cuenta. Los leprosos de evangelio de hoy fueron invitados por Jesús a dar testimonio de su curación.
Muchas veces nosotros vivimos hechos y situaciones de las que podemos dar testimonio a nuestros prójimos del amor que Jesús nos tiene.
Procuremos que nuestra vida y nuestras palabras sean testimonio de la esperanza, del amor, de la misericordia infinita de Dios para todos los hombres.


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